Termina el invierno, estación en la que domina la quietud, la energía es más estática y de almacenamiento. Suelen concentrarse tensiones en la espalda, en las rodillas, en los hombros; necesitamos dormir más y cuesta levantarse a la mañana. Se producen cambios que van preparando el terreno para que todo florezca en primavera.
La primavera trae energía expansiva, vigorosa. Es nacimiento y crecimiento. Las semillas germinan y esas vidas crecen en busca del sol. El viento limpia el frío del invierno.
Nos sentimos más vitales, el cuerpo está más disponible para el movimiento y podemos hacer prácticas de yoga más intensas, y disfrutar de caminatas al aire libre.
Aprovechemos para tomar una bocanada de aire fresco con olorcito a pasto, flores, tierra para renovar energías, soltar ataduras, tensiones y limitaciones, crecer, echar raíces, definir proyectos, tomar decisiones, en pos de construir cada día con alegría la vida que soñamos tener.
¡Feliz Primavera!