El sol de nuestra naturaleza de Buda está brillando sin cesar, pero la mente del individuo varía como el cielo de todos los días.
La mente de un hombre puede estar tan obnubilada por la ignorancia y su mal karma que vive en tinieblas; un hombre más prudente conserva su mente tan libre de nubes como el día en el que el sol brilla en su ininterrumpido deleite.
Nuestra tarea es trabajar diariamente para disipar esas nubes y volver a ese sol brillante, a nuestra verdadera naturaleza.
Fuente: Explorando el Budismo, de Christmas Humphreys
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